domingo, 4 de noviembre de 2018

LA LEY DE FINANCIAMIENTO

Hay que empezar por llamar esta ley por su propio nombre: REFORMA TRIBUTARIA. Pretender adornar la reforma tributaria con otro nombre, no ayuda en nada. Por el contrario, los entendidos diremos que es una forma de ocultar lo que todos los candidatos a la presidencia, en campaña, dicen que no lo van a hacer y cuando son elegidos lo hacen. No por ello vamos a descalificar la gestión de un presidente, que apenas inicia su periodo. Pero si da lugar a pensar que siguen los mismos con las mismas, pero con distinto nombre. Y le da espacio a que la demagogia y el populismo pesque en río revuelto.

También es claro decir que una cosa es estar dirigiendo -labor muy difícil-, máxime cuando es la presidencia de un país y otra, opinar desde el frente, sin ninguna presión. Esa si resulta muy fácil. Pero así como el Presidente, ministros y asesores ven el país desde su óptica, nosotros, los ciudadanos de a pie, los que diariamente nos enfrentamos con la realidad del país, también tenemos otro punto de vista que debe ser tenido en cuenta. Y juntos podemos generar ideas que nos aporten al equilibrio de un país que con errores, aciertos, guerras, violencia, etc., etc., hoy es un país con mejores condiciones de vida que la que teníamos hace 30 y 40 años. Y que lastimosamente no es mejor, por la forma como la clase política y la "cultura" de la corrupción en todos los niveles, clases sociales, empresas del Estado, públicas y privadas, han permeado la sociedad.

No se requiere mucha inteligencia para decir que un negocio o una empresa -Colombia lo es-, para opinar que las pérdidas -hueco fiscal- se disminuyen y se borran: incrementando ingresos y/o disminuyendo los gastos y/o costos. Un ejemplo de ello es Ecopetrol, que con un precio del barril de petróleo a más de USD 100, logró salir adelante cuando este se colocó en USD 30. Si los ingresos no se pueden mejorar, hay que adelgazar los costos y gastos. Y eso hizo nuestra principal empresa del país.

Así debemos observar a Colombia, como una empresa, lógico que es mucho más compleja que Ecopetrol, pero el principio económico de un negocio, debe ser el mismo. 

En materia de impuestos, cada vez nos comparamos con países desarrollados para decir que es que en este país los impuestos son muy bajos y por ello no podemos tener los estándares de vida que tienen países como EE.UU., Suiza, Alemania, Reino Unido y hasta el mismo Rusia. Países con una historia mucho más larga que la nuestra. Allá también hubo guerras, piratería, mafias, corrupción y todo lo que aquí en Colombia experimentamos y tratamos de corregir y pasar la página. Pero todo en su debida proporción y a su debido tiempo. La barbaridad se deja atrás en la medida en que las sociedades se civilizan. Lastimosamente Colombia, aún no es un país civilizado, se propende a ello, pero las fuerzas oscuras siempre estarán allí. Hay que combatirlas y llevarlas a la mínima proporción, lo que solo se logra con el cambio de la cultura ciudadana. Cuando nos concienticemos que actuar bien es la moda. Y que la cultura del "avivato" es la cultura del "vivo bobo", que no es más que un boomerang que se nos devuelve a todos.

Todo esto para decir también, que el hueco fiscal no se puede tapar o cubrir a través del mecanismo más fácil: subir impuestos, subir el IVA. Teóricamente se logra, pero a mediano y largo plazo es otro boomerang para lo económico y lo social. Subir el IVA y principalmente a la canasta familiar, es afectar el consumo a las clases menos favorecidas. Recordemos que no solo se afectan los más pobres. También se afecta la clase baja, la medio baja, la clase media. Que para ellas, sería un retroceso a lo que han ganado en los últimos años. Los mismos "ricos" o que se han creído ricos durante muchos años, porque tienen un buen carro, viven en arriendo en barrios estrato 6 y que dejan de comer bien por sostener una vida aparente que le da lo anterior y de poder pertenecer al mejor club social de la ciudad. Estos serán los ricos vergonzantes, cuando finalmente no logren sostener el nivel de vida ni roce social de antaño.

Y al bajar el consumo y la confianza en los hogares, lógico que también se afectan los resultados de las empresas que aportarán de igual manera, menos impuestos.

Una reforma tributaria más equilibrada, debe incluir, entre otros:

> Una mayor cobertura de la masa tributaria. Y no unos pocos que subsidian al resto.
> Definir unos niveles de IVA y demás impuestos que no depriman el consumo.
> Combatir la evasión y la elusión en todos los niveles.
> Endeudarse para invertir y no para gastar. Que ese endeudamiento esté en función de generar ingresos -infraestructura, peajes, servicios públicos, modernizar empresas del Estado, poner a producir internos de las carceles-. Todo en función de generar nuevos ingresos y con ello recaudar más impuestos. 
> Volver las empresas del Estado eficientes. Que sean unidades de negocios, que además de cumplir con lo social sean rentables y eficientes. No entidades que solo están en función de gastar y ejecutar un presupuesto. La filosofía de éstas, siempre ha sido: "gaste lo que se presupuestó que se acaba el periodo fiscal y si no lo hacemos, el próximo año nos lo reducen". Es decir, gastar por gastar, así no se logre nada.
> Reactivar e incentivar sectores económicos que provean puestos de trabajo masivos -agricultura, construcción, infraestructura y seguridad-.
> Ofrecer incentivos tributarios que motiven la creación de empresas y a los inversionistas.
> Adelgazar el gasto fiscal, al menos mientras se nivelan las finanzas del Estado.
> No regalar nada. Los subsidios o ayudas económicas empobrecen. Hacen del ciudadano un ser conformista, que le alimenta la mendicidad. Hay que enseñar a pescar y no a regalar el pescado. Muchos de los países desarrollados están pasando trabajos por tanta gente subsidiada. Incluso inmigrantes que con mentiras viven de la ayuda del Estado. En Colombia, así como hay gente pobre que con las ayudas del Estado pueden calmar el hambre, tener atención médica, estudiar y obtener vivienda, también hay mucho avivato qué se hace pasar por pobre y llega a zonas que han tenido desastres naturales, por el solo hecho de recibir las ayudas del gobierno, desplazando a quienes realmente lo necesitan. Incluso otros que llegan a solicitar ayudas por recomendaciones políticas. Eso hay que combatirlo y entregarlo a quien realmente lo necesita. 
> Dejar la laxitud con esa clase emergente muy rica, que ha surgido de la evasión, del contrabando, de comprar a piratas terrestres -reducidores-. Posan de ser grandes comerciantes y emprendedores, y a decir verdad, lo son, pero en una economía clandestina que nada aporta en impuestos y al desarrollo del país. Para ellos, un IVA más alto es un incentivo para sus negocios y de esta forma obtener mejores ganancias 

En conclusión, si todos ponemos, si la tasa impositiva no es tan alta y que incluya a más gente, que se combata la corrupción, se adelgace el gasto del Estado y por sobre todo cambiemos la cultura ciudadana, podemos tener una reforma más equitativa y con mejores resultados en el mediano y largo plazo.

JOSÉ RENÉ OSORIO LOPEZ.