sábado, 30 de agosto de 2014

LOS ESQUEMAS PONZI Y LAS FINANZAS

LOS ESQUEMAS PONZI Y LAS FINANZAS




En economía se conoce como pirámide o estafa piramidal, a un esquema de negocios que se basa en que los participantes recomienden y capten (refieran) a más clientes con el objetivo de que los nuevos participantes produzcan beneficios a los participantes originales. Este esquema funciona con el único apoyo de la captación de dinero, sin productos o servicios de por medio que, por otro lado, son la base de un esquema de redes legal. Se requiere que el número de participantes nuevos sean más que los existentes por lo que se le da el nombre de pirámide. Estas pirámides son consideradas estafas o timos y se conocen por muchos otros nombres tales como timos en pirámide, círculos de la plata, células de la abundancia o esquemas Ponzi.

El riesgo de un esquema piramidal, es que funciona mientras existan nuevos participantes en cantidad suficiente. Cuando la población de posibles participantes se satura, los beneficios de los participantes originales disminuyen y muchos participantes terminan sin beneficio alguno tras haber financiado las ganancias de los primeros participantes.

Aunque se dice que sistemas similares ya existieron anteriormente, el nombre de este procede del inmigrante a los EE.UU., el italiano Charles Ponzi y de la estafa que realizó en los años veinte, que alcanzó mayor repercusión que otras estafas parecidas del pasado.

Con motivo de la crisis financiera mundial de 2008, a la que algunos compararon con la crisis de 1930, salió a relucir nuevamente los Esquemas Ponzi. Y particularmente en los EE.UU., Bernard Madoff y J. Volpi, ambos con esquemas similares, lograron estafar a inversionistas de todo tipo, incluidos bancos. Recordemos que el Banco Santander perdió allí, USD 3.070 millones. Las estafas totales de estos dos, totalizaron USD 65.000 millones y USD 15.000 millones, respectivamente. En Colombia, también tuvimos réplicas de estos "magos del dinero", el más conocido, el caso de DMG -David Murcia Guzmán-.

Pese a que los Esquemas Ponzi, por ser insostenibles en el tiempo se convierten en una estafa futura, en las finanzas globales legales, se  presentan esquemas similares; obviamente con nombres más sofisticados y con el visto bueno de los gobiernos y de los organismos internacionales monetarios que es lo más anecdótico y preocupante. "Los economistas son muy dados a adornar las cosas, a hablar con palabras y frases muy sofisticadas y si no les entienden pasan por inteligentes", decía Sergio Clavijo, actual presidente de ANIF, en un evento en el que estuve, a comienzos de este 2014.

Desde mi propia experiencia académica, laboral y de emprendimiento; me convertí en un fiel creyente de las matemáticas, por encima de la estadística. Ambas ramas son muy importantes, pero destaco la matemática porque es exacta. La estadística nos lleva a soñar, a creer que algo se logrará por x, y ó más variables, que dependiendo del resultado que querramos ver o imaginarnos, asimismo serán manipulables.

Con la evolución del comercio, los negocios y las finanzas, hemos pasado del trueque a las emisiones de dinero bajo el patrón oro y la plata, para posteriormente llegar a las emisiones sobre divisas y lo que se volvió más dramático, emisiones base endeudamiento -sistema de dinero fiat-. Esto último, inventado por los genios de la economía y las finanzas, considero que nos va a llevar a la hecatombe. 

Los gobiernos, apoyados en este "agujero negro", comprometen recursos del Estado a 30 años, mientras sus periodos de gobierno son de 4 ó 6 años. Esto quiere decir que están gobernando bajo lo que se denomina: "Estado del Bienestar". El Profesor Antal E. Fekete, fundador de la Nueva Escuela Austríaca de Economía, manifiesta: "el Estado del Bienestar es un desvergonzado esquema Ponzi donde los costos son pateados hacia delante y cargados a las futuras generaciones. Es un esquema para esclavizar a los que aún no nacen. El hecho de que el electorado permitiera ser estafado para aceptarlo, es indicativo del nivel extremadamente bajo de educación en el mundo. Ni siquiera merece llamarse "educación". Un término más preciso sería "entrenamiento de futuros siervos”.". 

Aquí, el científico monetario toca el tema por el cual empecé este escrito, los Esquemas Ponzi. Claro que si, así esta funcionando la creación del dinero en la actualidad y cada gobierno llega a "raspar" lo que dejó el gobierno anterior para tratar de subsistir, involucrando a otros incautos que pensaran que esto se va a solucionar en los próximos 30 años y así sucesivamente, hasta formarse un bola de nieve inmanejable, a donde finalmente llegan los Esquemas Ponzi o Piramides; a una catástrofe económica. 

En Colombia, cada que un Ministro de Hacienda hace una nueva emisión de TES -Títulos de Deuda Publica o de Tesorería-, esta inflando la pirámide. La disculpa es, un cambio del perfil de la deuda, es decir: "más tiempo para pagar, un pequeño cambio en las tasas y mayor endeudamiento".

El gran problema es, que "todo tiene su final / nada dura para siempre", como dice la canción de Hector Lavoe. Para quienes nos tocó experimentar la crisis colombiana del año 1998. Si!, cuando estaba el famoso presidente del elefante. Recuerdo que el suscrito laboraba en ese entonces, para el Banco Santander y, en una charla con el Vicepresidente Ejecutivo de Riesgos, el español Carlos Lollo, me preguntaba; que piensas José René, de la actual crisis?, será que el Departamento del Valle, el Municipio de Cali y las Empresas Municipales de Cali, entrarán en cese de pagos?. Mi respuesta fue un categórico no!.  Pues a mis 34 años de ese entonces, siempre había visto que papá gobierno salía al final y le inyectaba capital a todos los entes estatales y gubernamentales y los salvaba de la bancarrota o mejor, extendía su agonía. Hasta qué llegó el día "D", el país estaba tan mal que no había como dar una mano y se empezó a quebrar el sector público, que finalmente afectó a la banca colombiana y por eso se llegó al famoso 2x1000, que ahora es el 4x1000 -gravamen a las transacciones financieras- y, del cual no hemos podido salir. Pese a que la banca volvió a ser rentable y el pais goza de una aparente calma económica.

La reflexión a la que quiero llegar con este escrito, es que no creamos que porque nunca ha pasado, jamás irá a pasar. Todo tiene una primera vez. Y los gobiernos y quienes rigen las políticas monetarias en el mundo, deben ir cerrando brechas. Esto es: no permitir que se siga emitiendo dinero sobre "papelitos" y a tan largo plazo, sobre un endeudamiento fiscal infinito -Esquema Ponzi-. Valdria entonces revisar, que tan conveniente es volver a los patrones Oro y Plata, que es lo que finalmente tiene valor fisico y concreto. 

Adicionalmente, que las empresas se dediquen a lo que es su actividad principal,  producir o comercializar bienes y servicios. Condicionar la especulación -dinero fácil- y tantos derivados y figuras financieras, cuyos riesgos son enormes y desvían la atención principal de su negocio. Ejemplo reciente en Colombia, es el caso INTERBOLSA, la mas grande Comisionista de Bolsa que en sus mejores momentos, llegó a manejar el 30% del mercado. Sus famosos REPOS para sobrecomprar acciones de la textilera FABRICATO y otro tipo de figuras, nada ortodoxas, la llevaron a la quiebra de esta y al mismo tiempo, a un número bastante significativo de inversionistas de todo tipo.       
  
Por ultimo y para hacer mas amplia la reflexión, reproduzco a continuacion lo que dice J. Volpi, el mismo que cité antes, hoy prófugo de la justicia por su denominado fraude financiero, en su libro de diciembre de 2013, MEMORIAL DEL ENGAÑO, Alfaguara.

"Así se vivió la primavera de 2008: una temporada de abulia y apatía, morosa y lamentable, en la que unos cuantos agoreros de desastre, agazapados en las orillas de nuestro sistema financiero, vociferaban ante auditorios semivacios sus profesias, según las cuales no nos encontrábamos frente a una era de exuberancia irracional, en palabras del Gran Gurú Greenspan, sino ante una pompa de jabón que no tardaría en estallarnos en las narices. Envidiosos. Ilusos. Mentecatos. Lo que uno tenia que escuchar en labios de esos resentidos. ¿Una burbuja inmobiliaria? Estupideces. Era claro que ni Ribini ni Rabini ni ninguno de sus compinches harvardianos u oxonienses sabían de lo que hablaban. ¿No tuvieron ocasión de revisar los datos oficiales? En Estados Unidos jamas existió una burbuja inmobiliaria. Jamás. Estas brotaron de vez en cuando, si acaso en lugares como el sur de la Florida, a causa de la especulación de pandillas de judíos jubilados. Los papanatas tendrían que haber destilado sus estadísticas: este gran pais, tomado en su conjunto, jamas sufrió una crisis de vivienda. Lo mejor era desoír o acallar a los lunáticos y concentrarnos en administrar aquella irracional y gozosa exuberancia.

No exagero. Lea los diarios y escuchen las declaraciones pronunciadas a lo largo de esos meses de calma chicha. Primavera de 2008, incluso los inicios del verano. Descubriran a quienes muy pronto habrían de convertirse en los impostados héroes o los efímeros villanos de nuestra tragicomedia. Todos repetían el mismo mantra: no hay de que preocuparse, el crecimiento se mantiene, la inflación se halla contenida, superaremos este bache y seguiremos adelante. Empresarios. Politicos. Especuladores. Banqueros. Profesores. Funcionarios del Tesoro y de la Reserva Federal, del FMI, del BM y de la ONU. Greenspan, Clinton y Busch Jr., Paulson y Bernanke, Geithner y los CEO's de nuestros pilares financieros. Igual que una pléyade de ciudadanos comunes y corrientes como ustedes, mis lectores. Y yo mismo. Todos manteníamos la misma fe, o eso decíamos: esta vez será distinto, las alarmas son inciertas, los temores infundados, podemos seguir endeudandonos -y enriqueciendonos- sin tregua, que los mercados sanos como los toros, sabrán autorregualrse.  

Sin duda había unas cuantas señales preocupantes, las hipotecas se habían disparado, nadie era capaz de calcular que pasaría si dejaban de pagarse, descendía el consumo, pero el capitalismo preconizaba la destrucción creativa. En el peor de los casos unas cuantas empresas e instituciones de crédito acabarían liquidadas, como durante la debacle de las dot-com; descenderia un poco el precio de los inmuebles y aumentaría suavemente el de los préstamos: una reorganización en todo caso necesaria, un mínimo ajuste antes de retomar el crecimiento. Ahora, ex post facto, resulta fácil decirlo: no fue así. Un tsunami. Una ola que, sin el menor aviso, ni siquiera esa perturbadora claridad del firmamento, arrasó con nuestras certezas -y peor aún, con nuestras fortunas-. No fuimos irresponsables. No fuimos rapaces ni ambiciosos. Solo tuvimos mala suerte. 

Me encantaría invocar esas excusas, creérmelas y de veras como Greenspan y Busch Jr. , como Paulson y Bernanke , como Geithner y los CEO´s de nuestros pilares financieros. Rebajar mi arrepentimiento y mi vergüenza y moderar la rabia ante mis pérdidas. Solo que a diferencia de esos hidalgos, yo no seguiré fingiendo. No me mueve un arrebato de honestidad, que mi publico jamas admitiría, sino mi negativa a ser uno de los chivos expiatorios de quienes ahora se dan golpes de pecho. En su esquema, yo soy un criminal y ellos, en cambio, nada mas se equivocaron. Yo soy una lacra, a la que se juzga necesario perseguir por medio mundo como si fuera un torturador o un criminal de guerra, mientras ellos, los funcionarios y prohombres en quienes depositamos nuestra fe y confianza, les basta con pedir una disculpa. A mi hay que cazarme como a un perro o exterminarme como a una rata; en cambio ellos, después de agachar un poco sus calvas y exhibir unas apresuradas condolencias ante sus millones de víctimas, han sido reinstalados en sus puestos directivos -u otros equivalentes- y vuelven a embolsarse sus bonos billonarios"

JOSÉ RENÉ OSORIO LÓPEZ 
                                                                                                                                      













sábado, 9 de agosto de 2014

DE LA ENVIDIA Y LA APARIENCIA

Los seres humanos por naturaleza somos envidiosos. En mayor o menor grado. Hay envidia sana; esa que nos permite admirar y proyectarnos. Pero la otra, la que nos hace infelices, es una envidia insana, que corroe nuestros pensamientos y nos aflora la "mala onda". De esa es la que me quiero referir hoy.

Si esa mala onda se crea por ver que los demás triunfan, no sería igual si pensáramos de otra manera y como puede ser?:

1- Que los demás estén bien, esto aporta felicidad al entorno, es menos gente que tendrá necesidades insatisfechas, menos gente amargada. La gente amargada genera impulsos negativos que se van irradiando y crean un mal ambiente que contagia negativamente.

2- Quienes están bien -económicamente- por actos contrarios a la ética, a la buena fe y a las buenas costumbres. Tal vez no estarán tan bien en su interior, su conciencia si aún la tienen, les tendrá mermada la felicidad. Pero más daño harían si sus necesidades primarias no estuviesen satisfechas.

3- Quienes aparentemente están bien. La apariencia si que es un mal engendrado por nosotros los seres humanos. Y es tan dañina como una enfermedad terminal que hace metástasis en el pensar y en el actuar; es decir, en la forma y en el contenido del ser humano. La apariencia es un mal que nos lleva a robar, a endeudarnos y a desarrollar una vida vacía y sin sentido. Sólo por estar a la par con unos estereotipos creados por el medio, por llevar una moda a como de lugar. Si que he visto apariencias tan mal llevadas y tan excéntricas que acaban con una persona valiosa y quien "aparentemente" era un buen ser humano.
De ciertos actores del mercado financiero y bursátil -mundo banal aparte-, que maneja mucho dinero, pero nada es de ellos. Un millón de dólares para estos se asimila a los cincuenta dólares o lo que es lo mismo, cien mil pesos colombianos para un paisano común. De estos se dice que andan por el medio, fanfarroneando en los mejores sitios de la ciudad y del mundo -financiado con tarjeta de crédito-. En el mejor auto que está en arrendamiento -leasing-, vive en un pent-house en el mejor sitio de la ciudad -en alquiler-. Con la mujeres más bonitas y disfrutando de los puentes festivos en lugares exóticos; su plan más cercano de descanso es Miami.
No crítico al que lo haga, es magnífico pero que sea producto de sus ahorros y su bien ganado dinero, no del dinero de los demás, sucio o mal habido.

4- El que está bien porque proviene de una familia acomodada, que le ha permitido a sus integrantes, satisfacer una serie de necesidades. Es un estado ideal; porque si a ello se le agrega una buena formación familiar integral y de valores, serán personas sin prejuicios que actuarán espontáneamente.

5- El que se ve bien y actúa bien. Este tipo de personas van de la mano con su historia. Hoy se ven muy bien, pero muy pocos conocen como lo han logrado. Generalmente son personas que tuvieron muchas necesidades, pero la vida y el medio le dieron la oportunidad de superarse. Cada vez, el ser humano tiene la oportunidad de desarrollarse en un entorno mejor que sus antepasados. Entonces digamos que todo está allí, a disposición de los que llegan y, ahí es donde esa estirpe mínima en el mundo es la que aprovecha las oportunidades. Mientras el resto mantiene una actitud facilista, vive del "que dirán" y disfrutan de la "buena vida", los otros van en una dirección triunfal, construyéndola paso a paso. "Mientras unos lloran por la desgracia, otros van por la vida vendiendo pañuelos”, reza otro dicho.
Esa estirpe emprendedora, esa es la que hoy vemos bien y actúa bien. Los demás pueden llegar a creer que están llenos de plata y que la vida les ha sonreído siempre. Sólo ellos saben cómo han logrado estar bien. "Nadie sabe lo de nadie". Esto quiere decir que esas personas han sufrido, han reprimido muchas cosas en sus vidas, se han esforzado y por ello hoy ven la vida y la disfrutan de una forma diferente.

No por hacer este escrito me excluyo de tanta equivocación que he cometido. Tal vez muchos me verán allí reflejado. Pero precisamente, me he equivocado tanto que tengo los elementos de juicio para reflexionar e invitar a la misma, al escribir este texto. Eso sí, nunca robando, ni actuando de mala fe y menos en actitudes hipócritas y corruptas.