lunes, 25 de junio de 2018

NADIE SABE PARA QUIÉN TRABAJA




EL FACTORING EN COLOMBIA
-Nadie sabe para quién trabaja-

Quien escribe, inició labores en el sector financiero en 1982, cuando las tasas de interés para préstamos de fomento -Ley 5ª. le llamaban-, eran del orden del 18% Trimestre Anticipado y, las de los Préstamos Ordinarios, el 36%, también Trimestre Anticipado. No habían préstamos para Capital de Trabajo en Moneda Extranjera, solo las tradicionales Cartas de Crédito o Giros Financiados, para importación de maquinaria o también llamados Bienes de Capital, y, para la importación de materias primas. Todo esto, restringido a las grandes empresas y a las multinacionales. Existía también el Fondo Financiero Industrial, también como alternativa de fomento. Pero era tal y tanta la tramitología bancaria, que el cliente finalmente optaba por una línea más expedita, y esa era el Préstamo Ordinario, así la tasa fuera más costosa. 

Años después, el país fue evolucionando lentamente. Se dio apertura a la internacionalización y ese monopolio al régimen cambiario -manejo de la tasa de cambio, restricción a la compra y venta de divisas, a las importaciones y exportaciones, al endeudamiento en moneda extranjera, etc...-, que lo tenía el Banco de la Republica, se liberó un poco y se soltó el control a los bancos comerciales o también llamados Intermediarios del Mercado Cambiario. 

Luego, llegaron al mercado bancario, nuevos actores extranjeros -BBVA y Banco Santander-, que de alguna forma motivaron a que la banca nacional cambiara su estrategia y, pese a que entre 1997 y 1998, estando Ernesto Samper de presidente, en una situación muy crítica de la economía colombiana, en la que me tocó ver tasas de captación -CDTs-, del 44,125% Efectiva Anual y de colocación -préstamos-, de hasta el 78% Efectiva Anual, volvió nuevamente a reducirse, gracias al trabajo inicial del presidente  Andrés Pastrana Arango, quien recogió un país "quebrado" e hizo los ajustes iniciales, drásticos y necesarios para que en el periodo presidencial siguiente, el primero del presidente Álvaro Uribe Vélez -2002/2006- lo mejorara considerablemente e hiciera de Colombia, un país viable y atractivo para la inversión extranjera. 

Cabe anotar, que entre los años 1998 y 1999, siendo el suscrito Gerente Regional de Riesgos de una de las entidades financieras extranjeras que llegó a Colombia, fui testigo de excepción de como la banca trató a las pymes, a los pequeños empresarios y micro empresarios, como clientes de quinta categoría -parecía una clase emergente con una enfermedad infectocontagiosa-, porque no tenían acceso al crédito. Excepcionalmente, se les prestaba, si y sólo si, garantizaban sus créditos con un colateral en el exterior o una hipoteca sobre bienes inmuebles que cubriera, mínimo el 200% de lo que se les prestaba. Por otro lado: la gran empresa, las multinacionales y algunas del Estado, se convirtieron en el cliente objetivo para la banca. A estas, se les ofrecía y se competía en el mercado, con tasas del DTF + 2, cuando a las Pymes, excepcionalmente y con una garantía suficiente, se les prestaba a tasas del DTF + 15. Y otra razón para que las pymes se quedaran sin crédito, fue, que la banca optara por negocios más fáciles, rentables y menos riesgosos, frente a su actividad natural de captar y prestar dinero, como fueron:

1-   El cobro de comisiones por todo servicio. Por las cuentas corrientes y de ahorro, por los fondos fiduciarios, por las tarjetas débito y crédito, por los cajeros electrónicos, por las referencias comerciales, etc., etc..

2- El negocio de los TES -compra, venta y especulación-.

Hago esta introducción, por todo lo que sigue. En 1999, llegué a un acuerdo de retiro con la entidad bancaria para la cual laboraba. Inicié un proyecto de emprendimiento con tres colegas más de la banca y un empresario de telas -fuimos cinco-. Desde allí se gestó una empresa que no siendo banco, pero dentro de la ley, pudiera ser útil a las Pymes y emprendedores, que estaban siendo excluidos en materia crediticia. Fue así como empezamos a experimentar alternativas de crédito para ellos. 

Simultáneamente, en el lado opuesto encontramos otro nicho insatisfecho, que se complementaba muy bien con esta situación. Las personas naturales, que con sus depósitos a término fijo y sus respectivos intereses, generaban ingresos para su economía familiar. Estos, también se vieron afectados por ese desinterés de la banca por conservarlos. A ellos se les "obligó"  a aceptar las nuevas tasas del 2% anual para sus CDTs, lo que imposibilitó renovarlos y mantenerlos

Al encontrar esos nichos de mercado insatisfechos, optamos por encontrar una combinación armónica y legal, que fuera de interés para las partes. Logramos ese acercamiento, entre quienes requerían liquidez y quienes la tenían, o entre quienes podían llegar a confluir en un negocio, pero que no tenían un punto medio o conocedor de las partes que los acercara y les generara confianza. La figura que ha existido siempre, para ese tipo de acercamiento, se le ha conocido como un tercero que ejerce EL CORRETAJE. 

Como esos pequeños empresarios, que por cierto ya conocíamos desde nuestros lugares de trabajo anteriores, tenían pedidos y facturación importante, pero sin crédito bancario para mantenerse y crecer. Porque además, sus clientes pagadores -grandes empresas, multinacionales, Estado y sector público-, no suministraban anticipos y, el pago de sus pedidos y posteriores facturas, oscilaban entre los 45 y 180 días. Encontramos allí, la viabilidad a nuestra empresa y logramos dar inicio en Colombia a lo que podía ser la simulación de operaciones de Factoring y de Confirming, figuras para generar liquidez con sus propias facturas y sin tener que depender del crédito bancario. Alternativas que ya existían en Europa, EE. UU., México, Chile y Brasil. Como nosotros, también fueron llegando al mercado otra serie de entidades no bancarias con los mismos propósitos. Fue un recorrer muy difícil, porque no existía la Ley de Factoring en Colombia, esta solo fue promulgada en el año 2008. También, porque las empresas pagadoras de esas facturas, no permitían el endoso o el pago a un tercero que no fuera su proveedor. Aún lo siguen haciendo, no obstante que lo deben aceptar y pese a las multas que ya ha impuesto la SIC a empresas, estas siguen obstaculizando el Factoring. 

Ese recorrer muy difícil, en la creación del Factoring en Colombia, por parte de entidades no bancarias o también llamadas COMPAÑÍAS MERCANTILES DE FACTORING, estuvo acompañado por ASOFACTORING, entidad que mediante acercamientos al gobierno nacional, principalmente a la Supersociedades, al Ministerio de Comercio Industria y Turismo y, al Congreso de la Republica, logró participar, opinar y sugerir en el tema del Factoring, con base en nuestras propias experiencias. Haciendo posible un espacio para propios y extraños en esta importante modalidad de financiamiento. 

Con inmodestia, pero con mucho respeto y convicción, hoy podemos decir, que fuimos las entidades no bancarias y Asofactoring, quienes desarrollamos y hemos traído a buen puerto, el Factoring en Colombia. Entidades financieras de nuestro país, Compañías de Factoring del exterior -Chile, Costa Rica, Panamá y República Dominicana-, se han acercado a nosotros para compartir experiencias y buscar posibles negocios.

Pero hoy que el Factoring tomó importancia en Colombia y las entidades financieras, la Bolsa de Valores y otros actores de gran tamaño, vieron un nicho importante para incorporar a sus negocios y, con la llegada también de la facturación electrónica por parte de la DIAN, nuestra actividad de Factoring como entidades no bancarias, se nos va a ver seriamente amenazada, por las siguientes razones:

1- Ya, una entidad financiera, la más grande del país, publicita su alianza con otra gran empresa que suministra la facturación electrónica. De allí que es el "matrimonio perfecto" para la emisión de la factura y la negociación de las mismas. Sin que el mercado se entere de lo que sucede allí u obligando a que la negociación se quede entre ellos. Volviendo así un negocio monopólico.

2- Según lo conocido hasta hoy, se va a crear una plataforma electrónica y especializada para la negociación de las facturas. Y será el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, conjuntamente con la DIAN, las entidades autorizadas para proporcionar el Software de la facturación electrónica y un Deposito Central de Facturas Electrónicas, quienes harán este trabajo. Esto está muy bien, porque le da más formalidad a todo este asunto. El problema que se viene ahora para las Compañías Mercantiles de Factoring o prestadoras de este servicio y que no son banco, es que por su tamaño, podrían quedarse por fuera de esta plataforma. 

Este escrito, es un llamado de atención respetuoso, para el nuevo gobierno que empieza y que coadyuvamos a su elección, por su mejor programa económico y social, para que tenga en cuenta que en Colombia, existen aproximadamente cien entidades no bancarias que prestan el servicio del Factoring. Que dan empleo a un importante número de personas. Que lo crearon, impulsaron y desarrollaron en Colombia. Que atendieron y lo siguen haciendo a las pymes, al empresario, al emprendedor y al micro empresario; desde épocas de total escasez crediticia para este nicho del mercado, que hoy se ha convertido en un impulsor por excepción de nuestra economía. Y qué tal como se viene promoviendo la factura electrónica y el Factoring Electrónico, no sería justo desaparecer del mercado a todas estas entidades, dando lugar a actores de gran tamaño y oportunistas, cuando todo lo encuentran a su favor.

Téngase en cuenta, que quienes hemos experimentado este camino pedregoso y difícil, durante veinte y hasta más años, nos ha tocado invertir recursos económicos, soportar impagos y responder a inversores de facturas que no fueron exitosas, por la misma imperfección que tuvo este medio de financiamiento; mientras la factura no fue aceptada como título valor  y todo lo que implicó la evolución del factoraje en el tiempo.

JOSE RENE OSORIO LOPEZ
 

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