EL FACTORING EN COLOMBIA-Nadie sabe para quién trabaja-
Quien escribe, inició labores en el sector
financiero en 1982, cuando las tasas de interés para préstamos de fomento -Ley 5ª. le llamaban-,
eran del orden del 18% Trimestre Anticipado y, las de los Préstamos Ordinarios,
el 36%, también Trimestre Anticipado. No habían préstamos para Capital de
Trabajo en Moneda Extranjera, solo las tradicionales Cartas de Crédito o Giros
Financiados, para importación de maquinaria o también llamados Bienes de
Capital, y, para la importación de materias primas. Todo esto, restringido a
las grandes empresas y a las multinacionales. Existía también el Fondo
Financiero Industrial, también como alternativa de fomento. Pero era tal y
tanta la tramitología bancaria, que el cliente finalmente optaba por una línea
más expedita, y esa era el Préstamo Ordinario, así la tasa fuera más costosa.
Años después, el país fue evolucionando
lentamente. Se dio apertura a la internacionalización y ese monopolio al régimen
cambiario -manejo de la tasa de cambio,
restricción a la compra y venta de divisas, a las importaciones y
exportaciones, al endeudamiento en moneda extranjera, etc...-,
que lo tenía el Banco de la Republica, se liberó un poco y se soltó el control
a los bancos comerciales o también llamados Intermediarios del Mercado
Cambiario.
Luego, llegaron al mercado bancario, nuevos
actores extranjeros -BBVA
y Banco Santander-, que de alguna forma motivaron a que la
banca nacional cambiara su estrategia y, pese a que entre 1997 y 1998, estando
Ernesto Samper de presidente, en una situación muy crítica de la economía
colombiana, en la que me tocó ver tasas de captación -CDTs-, del 44,125% Efectiva Anual y
de colocación -préstamos-,
de hasta el 78% Efectiva Anual, volvió nuevamente a reducirse, gracias al
trabajo inicial del presidente Andrés Pastrana Arango, quien recogió un país
"quebrado" e hizo los ajustes iniciales, drásticos y necesarios para
que en el periodo presidencial siguiente, el primero del presidente Álvaro Uribe Vélez -2002/2006- lo mejorara considerablemente
e hiciera de Colombia, un país viable y atractivo para la inversión extranjera.
Cabe anotar, que entre los años 1998 y
1999, siendo el suscrito Gerente Regional de Riesgos de una de las entidades
financieras extranjeras que llegó a Colombia, fui testigo de excepción de como
la banca trató a las pymes, a los pequeños empresarios y micro empresarios, como
clientes de quinta categoría -parecía
una clase emergente con una enfermedad infectocontagiosa-,
porque no tenían acceso al crédito. Excepcionalmente, se les prestaba, si y
sólo si, garantizaban sus créditos con un colateral en el exterior o una
hipoteca sobre bienes inmuebles que cubriera, mínimo el 200% de lo que se les
prestaba. Por otro lado: la gran empresa, las multinacionales y algunas del
Estado, se convirtieron en el cliente objetivo para la banca. A estas, se les
ofrecía y se competía en el mercado, con tasas del DTF + 2, cuando a las Pymes,
excepcionalmente y con una garantía suficiente, se les prestaba a tasas del DTF
+ 15. Y otra razón para que las pymes se quedaran sin crédito, fue, que la
banca optara por negocios más fáciles, rentables y menos riesgosos, frente a su
actividad natural de captar y prestar dinero, como fueron:
1- El
cobro de comisiones por todo servicio. Por las cuentas corrientes y de ahorro,
por los fondos fiduciarios, por las tarjetas débito y crédito, por los cajeros
electrónicos, por las referencias comerciales, etc., etc...
2- El negocio de los TES -compra, venta y especulación-.
Hago esta introducción, por todo lo que
sigue. En 1999, llegué a un acuerdo de retiro con la entidad bancaria para la
cual laboraba. Inicié un proyecto de emprendimiento con tres colegas más de la
banca y un empresario de telas -fuimos cinco-. Desde allí se gestó una
empresa que no siendo banco, pero dentro de la ley, pudiera ser útil a las
Pymes y emprendedores, que estaban siendo excluidos en materia crediticia. Fue
así como empezamos a experimentar alternativas de crédito para ellos.
Simultáneamente, en el lado opuesto
encontramos otro nicho insatisfecho, que se complementaba muy bien con esta
situación. Las personas naturales, que con sus depósitos a término fijo y sus
respectivos intereses, generaban ingresos para su economía familiar. Estos,
también se vieron afectados por ese desinterés de la banca por conservarlos. A
ellos se les "obligó" a
aceptar las nuevas tasas del 2% anual para sus CDTs, lo que imposibilitó
renovarlos y mantenerlos
Al encontrar esos nichos de mercado
insatisfechos, optamos por encontrar una combinación armónica y legal, que
fuera de interés para las partes. Logramos ese acercamiento, entre quienes
requerían liquidez y quienes la tenían, o entre quienes podían llegar a
confluir en un negocio, pero que no tenían un punto medio o conocedor de las
partes que los acercara y les generara confianza. La figura que ha existido
siempre, para ese tipo de acercamiento, se le ha conocido como un tercero que
ejerce EL CORRETAJE.
Como esos pequeños empresarios, que por
cierto ya conocíamos desde nuestros lugares de trabajo anteriores, tenían
pedidos y facturación importante, pero sin crédito bancario para mantenerse y
crecer. Porque además, sus clientes pagadores -grandes empresas, multinacionales, Estado y sector público-,
no suministraban anticipos y, el pago de sus pedidos y posteriores facturas,
oscilaban entre los 45 y 180 días. Encontramos allí, la viabilidad a nuestra
empresa y logramos dar inicio en Colombia a lo que podía ser la simulación de
operaciones de Factoring y
de Confirming,
figuras para generar liquidez con sus propias facturas y sin tener que depender
del crédito bancario. Alternativas que ya existían en Europa, EE. UU., México,
Chile y Brasil. Como nosotros, también fueron llegando al mercado otra serie de
entidades no bancarias con los mismos propósitos. Fue un recorrer muy difícil,
porque no existía la Ley de Factoring en Colombia, esta solo fue promulgada en
el año 2008. También, porque las empresas pagadoras de esas facturas, no
permitían el endoso o el pago a un tercero que no fuera su proveedor. Aún lo siguen haciendo, no obstante que lo
deben aceptar y pese a las multas que ya ha impuesto la SIC a empresas, estas
siguen obstaculizando el Factoring.
Ese recorrer muy difícil, en la creación
del Factoring en Colombia, por parte de entidades no bancarias o también
llamadas COMPAÑÍAS MERCANTILES DE
FACTORING, estuvo acompañado por ASOFACTORING,
entidad que mediante acercamientos al gobierno nacional, principalmente a la
Supersociedades, al Ministerio de Comercio Industria y Turismo y, al Congreso
de la Republica, logró participar, opinar y sugerir en el tema del Factoring,
con base en nuestras propias experiencias. Haciendo posible un espacio para
propios y extraños en esta importante modalidad de financiamiento.
Con inmodestia, pero con mucho respeto y
convicción, hoy podemos decir, que fuimos las entidades no bancarias y
Asofactoring, quienes desarrollamos y hemos traído a buen puerto, el Factoring
en Colombia. Entidades financieras de nuestro país, Compañías de Factoring del
exterior -Chile, Costa Rica, Panamá y
República Dominicana-, se han acercado a nosotros para
compartir experiencias y buscar posibles negocios.
Pero hoy que el Factoring tomó importancia
en Colombia y las entidades financieras, la Bolsa de Valores y otros actores de
gran tamaño, vieron un nicho importante para incorporar a sus negocios y, con
la llegada también de la facturación electrónica por parte de la DIAN, nuestra
actividad de Factoring como entidades no bancarias, se nos va a ver seriamente
amenazada, por las siguientes razones:
1- Ya, una entidad financiera, la más
grande del país, publicita su alianza con otra gran empresa que suministra la
facturación electrónica. De allí que es el "matrimonio perfecto" para
la emisión de la factura y la negociación de las mismas. Sin que el mercado se
entere de lo que sucede allí u obligando a que la negociación se quede entre
ellos. Volviendo así un negocio monopólico.
2- Según lo conocido hasta hoy, se va a
crear una plataforma electrónica y especializada para la negociación de las
facturas. Y será el Ministerio de Comercio Industria y Turismo, conjuntamente
con la DIAN, las entidades autorizadas para proporcionar el Software de la
facturación electrónica y un Deposito Central de Facturas Electrónicas, quienes
harán este trabajo. Esto está muy bien, porque le da más formalidad a todo este
asunto. El problema que se viene ahora para las Compañías Mercantiles de
Factoring o prestadoras de este servicio y que no son banco, es que por su
tamaño, podrían quedarse por fuera de esta plataforma.
Este escrito, es un llamado de atención
respetuoso, para el nuevo gobierno que empieza y que coadyuvamos a su elección,
por su mejor programa económico y social, para que tenga en cuenta que en
Colombia, existen aproximadamente cien entidades no bancarias que prestan el
servicio del Factoring. Que dan empleo a un importante número de personas. Que
lo crearon, impulsaron y desarrollaron en Colombia. Que atendieron y lo siguen
haciendo a las pymes, al empresario, al emprendedor y al micro empresario;
desde épocas de total escasez crediticia para este nicho del mercado, que hoy
se ha convertido en un impulsor por excepción de nuestra economía. Y qué tal
como se viene promoviendo la factura electrónica y el Factoring Electrónico, no
sería justo desaparecer del mercado a todas estas entidades, dando lugar a
actores de gran tamaño y oportunistas, cuando todo lo encuentran a su favor.
Téngase en cuenta, que quienes hemos
experimentado este camino pedregoso y difícil, durante veinte y hasta más años,
nos ha tocado invertir recursos económicos, soportar impagos y responder a
inversores de facturas que no fueron exitosas, por la misma imperfección que
tuvo este medio de financiamiento; mientras la factura no fue aceptada como
título valor y
todo lo que implicó la evolución del factoraje en el tiempo.
JOSE RENE OSORIO LOPEZ
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