sábado, 3 de octubre de 2015

PROCESOS DE INSOLVENCIA Y LA REALIDAD

Los procesos de insolvencia y la realidad

Sobre la llamada Ley de insolvencia, antes Ley 550 y en otro momento Concordato. Chapter eleven en EE.UU.. Es el mismo proceso de entrar en insolvencia que ha cambiado de nombre, con unas pequeñas reformas que pueden estar muy bien concebidas, pero como todo, "a la creación de la ley le madruga la trampa".

Cuando la economía va bien, todos los actores actúan como en una fiesta tipo una de la madrugada. Es el momento eufórico, en el que anfitriones e invitados sonríen. Nos sentimos guapos, coquetos y todo el entorno es sublime. Es el efecto del alcohol y tal vez de algunos "talcos siquicos", que llevan al ser humano a actuar sin freno. Así es la economía; banqueros, comisionistas de bolsa, empresarios, constructores, emprendedores, periodismo, etc., se olvidan del ayer y del mañana. Solo se piensa en el presente y así embriagados hay dinero para todo el mundo y quienes lo toman, algo se inventan para "invertirlo", así no tengan con qué pagar. Lo importante es no desaprovechar la feria.

Luego viene la resaca y siguiendo con el tema de la economía, esa es la que estamos empezando a sentir, con precios del petróleo bajos, economías que fueron fuertes y hoy en recesión, corrupción que sigue rampante en los gobiernos, en las monarquias y ahora descubierta también en el fútbol. Campañas políticas en furor que buscan seguir raspando la olla de lo que dejó el anterior. Hospitales y la salud quebrada. En fin, vamos entrando en un camino minado para quienes seguimos actuando con objetividad, pero sin ser ajenos al entorno.

Retomando el tema inicial, la peor noticia que puede recibir un banquero, proveedor, acreedor y prestamista, es que un cliente de crédito entró en Ley de insolvencia. La Superintendencia de Sociedades ve y maneja la parte interesante de esta ley y, quizá algunas pocas empresas también lo hacen seriamente, pero los acreedores saben que la realidad es otra. 

La mayoría de empresarios que entran a Ley de insolvencia, la utilizan con artimañas que son recomendadas por las mismas firmas de abogados que los asesoran. Entre ellas, la creación de empresas paralelas. La que entró en insolvencia seguirá en papeles marchitándose, con poca actividad y solo para seguir dando "contentillo" a los acreedores. Paralelamente crean otra empresa con nombre diferente, "nuevos socios" -sustitutos/suplantadores- que seguirá haciendo lo que hacía la primera y, es esta la que recibirá los nuevos contratos y con cero deuda o con nuevos créditos. En casos, porque se vinculan a otros bancos en los que no tienen rastro o desconocen lo que hizo la emproblemada. En otros, porque gerentes de banco o de cuenta deshonestos, se lo acolitan. Craso error, porque quién es deshonesto lo seguirá por siempre y más adelante será este gerente, quien sufra las consecuencias de una nueva quiebra.

Siempre he desconfiado de aquellos personajes, que siendo el todo en una empresa, no aparece ni como socio o cargo representativo dentro de la misma. Algún pecado debe esconder y casi siempre se descubre que tiene un pasado perverso, en la banca y en el comercio.

Lo que estoy diciendo, lo hago con conocimiento de causa, ya son casi 35 años que llevo en los bancos y en el sector financiero. 

En este trasegar y por cosas del destino, en el edificio donde opera la firma que represento, también funciona la Superintendencia de Sociedades, lugar donde se tramita la Ley de insolvencia. Allí observo entrar, a un personaje que asiste en calidad de deudor moroso y blindado por esa ley, pero también me lo encuentro en calidad de inversionista, en una firma Comisionista de Bolsa que invita regularmente a sus clientes para ofrecerle alternativas rentables para sus ahorros. Entonces que piensa uno, el personaje está quebrado para la banca y sus acreedores, pero sigue teniendo reservas para invertir. Porque no las ha utilizado para salvar su empresa?. Pues no lo requiere, porque ya ha creado otra empresa en la que ha reorientado sus buenos negocios y en la anterior se quedó lo feo, las deudas y el grueso de sus acreedores. Aquellos que confiaron en él y le apoyaron en el pasado.

Por estos días, es muy lamentable ver empresas que entran en Ley de insolvencia. Casos como Conalvias, Red Assist y muchas otras. También en el pasado Grupo Holguines, Pinsqui, Grulla, Confecciones Mónaco, Constructora Melendez, etc. Cuando el tema se maneja con transparencia y es producto de una situación del mercado, en el que los socios han hecho esfuerzos previos capitalizando la empresa, buscando salidas y lo seguirán haciendo sin empresas paralelas. En otras palabras, aquellos que no se "quiebran para adentro" y que en el pasado fueron prudentes y no se gastaron mal o desviaron el dinero prestado y confiado por sus acreedores, merecen todo el apoyo. Pero quienes en su afán de figurar y de creerse ricos con el dinero de otros, bien llamados por el diario La Republica: "mezcla de trepador social con emprendimiento". Es una clase "social-empresarial" que quiere figurar con el dinero de los demás. Estos no se merecen ninguna ayuda, ni ley de insolvencia. Considero que requieren más bien, ayuda siquiatrica por su comportamiento y una investigación exhaustiva de cómo llegaron a lo que llegaron.

Para la muestra un botón -revisar links siguientes-. Uno no puede pensar así, ni actuar así para luego trasladarle a los acreedores, la buena vida que se dio y los gastos suntuosos disfrutados al debe. Cada quien es libre de hacer lo que quiera, pero con su propia plata, no con el dinero de los demás.




Foto tomada de la página WEB del diario La Republica.

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